“Las apariencias engañan”.
Las apariencias nos definen como una mera tarjeta de visita, como el folleto que se deja olvidado en el parabrisas de un coche, como la publicidad de cualquier producto deseoso de ser adquirido.
Nos dan la oportunidad de vendernos, de dejarnos elegir entre una multitud que, sin ir más lejos, también los evidencia esa necesidad constante de sobrevivir. Cuál etiqueta, nos pueden llevar a lo más alto o, por el contrario, dejarnos caer sin piedad.
Cuando viajamos en metro, autobús, tren, nos vemos rodeados de gente que, sin haber cruzado una palabra, un gesto con ellas, nos atrevemos a formarnos una historia para completar la imagen que nos proyectan. A veces, coinciden. La mayoría ni si quiera se acerca lo más mínimo.
En Los crímenes azules de Enrique Laso, Ethan Busch, agente especial de análisis de conducta, deberá resolver uno de los casos más sonados: dos cadáveres encontrados de manera casi simultánea, dos historias distintas, entrelazadas por un suceso atroz.
Se dejará el agente Busch guiar por las apariencias o, en su caso, llevará el caso hasta el extremo exprimiendo cada gota para, así descubrir la verdad?
Reconocerás las apariencias y sabrás desentrañar su lenguaje? Descúbrelo.