Este libro no habla de una historia de guerras. Este libro no habla de un bando Nacional o un bando Republicano, de un golpe de Estado, de una dictadura o de la masacre que desentraña una guerra.
Este libro no habla de la posguera y sus consecuencias. Este libro no habla de batallas no ganadas con fusiles y metralletas, con miedos y con mentiras.
Este libro habla de la gente, de la diferencia de clases, del dinero destinado a los más ricos y de la pobreza maltratando a los necesitados. Habla de la inocencia y la desvergüenza, del miedo y de la venganza en sus más bajos niveles, de un pueblo y su habitantes. Este libro habla de María, una mujer que ama la cultura, sobreviviente entre tanta miseria; de Fidel, un hombre de poca moralidad, con dinero y sin honor.
Este libro reflexiona sobre la naturaleza humana, sobre el poder de los poderosos y el valor de los que no tienen nada que perder. Relata el tiempo que dura la Guerra porque, aún hoy, seguimos diferenciándonos entre rojos y fachas aunque algunos lo hagan sin el conocimiento necesario de aquel fatídico mes de julio de 1936 o, quizás, mucho tiempo atrás.
Este libro nos cuenta la historia de la gente que sí quiere vivir, de la que vive sin querer. Es un alegato a la vida y a la justicia que, aunque tarde, siempre se abre camino.
Este libro descubre a los poetas que nacen de la sensibilidad de las palabras, del significado de las mismas; de cómo sanan, de cómo hieren, del desconocimento de sus poderes.
Este libro de Rafael M. Pastrana alaba la vida, todo lo que importa. Va de ser Roja, Puta y Gaditana, de la cultura y las buenas intenciones.
Este libro habla…
…de vivir.