La vecina del tercero derecha.
Vivimos en sociedad.
Cada días nos relacionamos con las personas que nos rodean, bien sea para brindarles un mero saludo o, para poder conversar alegremente con ellas. Es así, somos seres sociales.
Nuestra conciencia social nos hace pensar en el prójimo y concretar qué sería más apropiado decir o qué sería bueno hacer para mantener una relación cordial con ellos.
Algunas veces nos supone un esfuerzo tener que socializar con esa persona que nos saca de quicio. Otras veces es gratificante ese momento en común. Porque somos sociales. Y por ese motivo nuestras casas están construidas en forma de máxima relación posible con nuestro vecino, ya sean unifamiliarmente como multifamiliar.
¿Quién no sabe (o cree saber) lo que sucede en el piso contiguo al suyo? ¿Quién no ha vivido un episodio sorprendente con su vecina o vecino de bloque? ¿Quién no sabe algún rumor avergonzante del vecino del quinto?
Eugenia Dalmau nos narra en La vecina del tercero derecha la vida de Violeta en constante relación con sus vecinos del bloque de uno de los barrios más céntricos de Valencia en donde el misterio y los trapos sucios afloran con todo su esplendor. Todo comienza con la muerte de uno de los vecinos del bloque, Enrique Giner, el cual desencadenará una serie de acontecimientos misteriosos por los que todos los vecinos del distinguido bloque no podrán confiar en ellos mismos.
Una novela con toques de humor y misterio con esa normalidad tan remota, al mismo tiempo nos hace plantearnos si esa cotidianidad en la que vivimos es real o si cada familia esconde un misterio por sacar a la luz. ¿Es nuestro vecino el quien dice ser? ¿Lo es el tuyo? ¿Lo eres tú?